ALEXANDRA NARVÁEZ

MUJER COFÁN QUE INSPIRÓ AL MUNDO

CON SU LUCHA

Por: Liliana Tapia

PERIODISTA ELEMENTS

La imponente selva amazónica se refleja en sus ojos y es su larga cabellera un indómito trazo de la noche. En sus historias, su hogar es el mundo detrás del espejo, un paisaje infinito y profundo en un libro que se escribe con cada una de sus palabras.

Alexandra Narváez tiene 32 años y nació en la comunidad ancestral A´i Cofán de Sinangoe, ubicada a orillas del río Aguarico, en el cantón Gonzalo Pizarro, provincia de Sucumbíos. En este lugar habitan unas 230 personas. La mayoría se dedica a la pesca, cacería y cultivo de la huerta. La esencia de la comunidad sin duda es el yagé, medicina ancestral que les permite conectarse con sus antepasados y los espíritus de la selva: esta bebida es un bien intangible que identifica su cultura y ritos.

Vivir en la selva ¿lo es todo? La respuesta de Alexandra llega con una gran sonrisa: “Yo no sabía lo que era todo”. En realidad, para mí no teníamos nada. No teníamos dinero, no teníamos para comprarnos algo… pero ahora entiendo bien lo que es tener todo”. Para la joven cofán su territorio es vida y libertad. Recuerda como desde muy pequeña jugaba enlos ríos, recolectaba frutos, pescaba o iba en busca de semillas para hacer collares y, en algunas ocasiones, cuando la enfermedad llegaba a su hogar, también la naturaleza le dotaba de medicina para curar, sanar y continuar.

La lucha de Narváez por la defensa y valorización de su territorio inició a través de un profundo amor a la madre tierra y su necesidad por ser escuchada. “Me metí de lleno en esto, porque las mujeres cofanes no teníamos voz en las comunidades. Siempre hay decisiones tomadas por hombres. Entonces, yo dije: voy a romper con ese machismo. Voy a romper las cadenas del miedo que sentimos nosotras, como mujeres. Yo lo conozco, porque lo sentí”.

Foto: Matt Goff – Amazon Frontlines.

En 2017, Alexandra tuvo la oportunidad de formar parte de la Guardia Indígena que, aunque es un grupo milenario, ahora está liderado por jóvenes de la comunidad y se encarga de inspeccionar el territorio. Ese fue el momento ideal para Alexandra, quien fue reconocida por la comunidad como la primera mujer en ser parte de este frente y demostró su liderazgo, estrategia e influencia desde el lado femenino hacia toda una comunidad.

El ejemplo de desempeño y valor de Narváez dio paso a que en 2021 se integraran seis mujeres. Ahora, la Guardia Indígena cuenta con 25 integrantes, hombres y mujeres

acompañados de su líder, quien marca las rutas de recorrido que generalmente son extensas debido a las grandes amenazas que se evidencian a través de la contaminación ambiental.

PREMIO GOLDMAN 2022

Foto: Goldman Prize

Defender la vida fue el más grande reto que afrontaron sus antepasados y la herencia que dejaron para las futuras generaciones cofanes. Para Narváez, su abuelo, una de sus más grandes inspiraciones, precisaba continuamente en algo: “él siempre decía que debíamos proteger a la gente invisible, a la gente que habita en la selva y que no la vemos con los ojos terrenales, a nuestros antepasados y a los futuros que vendrán y yo creo en eso”. A pesar de que la comunidad A´i Cofán Sinangoe pertenece al Parque Nacional Cayambe–Coca creado en 1970, los continuos problemas de invasiones al territorio por parte de madereros, petroleros, mineros y hasta intrusos, desencadenó grandes problemas que amenazan la vida de su hogar, así como de las familias Cofanes.

Con la ayuda de Amazon Frontline y Alianza Ceibo, la Guardia Indígena pudo equiparse de cámaras trampa, GPS y otros dispositivos para facilitar su trabajo. Mientras realizaban un monitoreo en la cabecera del río Aguarico, volaron el dron y desde ahí pudieron ver una gran cantidad de maquinarias en el caudal, este fue el detonante para tomar una decisión

trascendental: “Nosotros pertenecemos a una reserva y aquí no puede haber ninguna actividad extractiva, el Estado mismo fue quien otorgó 20 concesiones mineras y otras 32 por otorgarse… si ellos están encargados de la protección, ¿Cómo es posible que ellos mismo den esos permisos mineros?, esto solo trae la muerte. Ahora la lucha sería bajo un marco jurídico”.

Con las evidencias en mano, mapas, fotografías y videos sobre este acto ilegal, notificaron al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Ministerio de Energía y Minas, Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM), pero no obtuvieron respuesta. Ante esto, la comunidad A´í Cofán, en conjunto con la Defensoría del Pueblo, solicitaron una acción de protección.

En octubre de 2018, en la Corte Provincial de Sucumbíos el juez del Cantón Gonzalo Pizarro falló a favor de Sinangoe y la Defensoría del Pueblo contra los ministerios de Minas y del Ambiente y de las agencias de Regulación y Control Minero (ARCOM) y de la Secretaría del Agua (SENAGUA).

La sentencia dictaminó revertir todas las concesiones que estaban operando y cancelar el otorgamiento de las nuevas concesiones mineras otorgadas (20) o en trámite (32). El éxito legal de la comunidad protege unas 32.000 hectáreas de selva tropical inalterable y biodiversa en las cabeceras del río Cofanes, Chingual y Aguarico, que son considerados sagrados para los Cofán.

Por esta gran lucha, Alexandra Narváez fue galardonada con el premio Goldman 2022, el nobel ambiental más importante, que no solo reconoció esta victoria histórica a favor de una comunidad indígena ecuatoriana, sino que también permitió que el mundo conozca sobre la importancia de preservar la vida a través de un territorio.