Carbono Neutralidad,

una apuesta para mitigar el cambio climático de las empresas

Por: Carolina Zurita, Gerente Técnica COSTECAM

La C-Neutralidad puede ser obtenida por cualquier organización, debido a que todas las actividades humanas necesitan de insumos o ejecutan acciones que producen gases de efecto invernadero, directa o indirectamente. Esto incluye empresas, instituciones y hasta países.

La humanidad se enfrenta a cambios de temperaturas, grandes lluvias, sequías, o vientos intensos producto del cambio climático, que a su vez resulta de factores naturales, pero sobre todo por las actividades humanas, como la producción industrial, los transportes, la deforestación y la agricultura. 


Estas actividades humanas desembocan en un incremento de las emisiones a la atmósfera de CO2 y metano, los principales gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. Ser carbono neutral significa que el resultado final de una actividad productiva o provisión de un servicio, no haya emitido más gases de efecto invernadero a la atmósfera que los que haya podido capturar o remover.

Varias empresas conscientes de ello, incorporan tecnologías con bajas emisiones de carbono, el aprovechamiento de fuentes de energías renovables no convencionales y el uso racional de energía. Pero existe un factor de peso que afecta a las empresas y las coloca en una situación de vulnerabilidad: la dependencia mundial de los derivados de petróleo. 

Por ello, es indispensable y urgente impulsar procesos que reduzcan esta sumisión y la alternativa es la descarbonización de la economía. La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera. Su objetivo es lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aplicando este proceso se podría crear al menos 15 millones de nuevos empleos hasta 2030 sólo en América Latina y podría generar ingresos en países como Costa Rica por más de USD 41.000 millones hasta 2050. 

La Carbono Neutralidad es uno de los grandes compromisos hasta 2050 asumidos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP). Para conseguirlo es indispensable reducir la dependencia de combustibles fósiles y promover el uso de energías renovables sostenibles. Esto, además de beneficiar al ambiente, genera beneficios para las empresas como: garantizar su permanencia en el mercado, abrir oportunidades de financiamiento sostenible - también llamado Financiamiento Verde- o captar nuevos clientes que buscan productos o servicios responsables con el ambiente.


Para sumarse a esta corriente y no quedar por fuera, es necesario cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero que genera cada organización y establecer estrategias. La neutralización de la huella de carbono de una empresa es la principal acción de responsabilidad de la compañía.

Petgas

Energía creada a través del plástico 

Por: Liliana Tapia, Periodista elementsgroup.com.ec

Una empresa con misión ecológica que procesa los siete tipos de plásticos, incluso los no reciclables.

Fotografía: Freepik

Los océanos tendrán más plástico que peces en 2050, según la Organización de las Naciones Unidas ONU, pero el bajo costo y utilidad de este material lo vuelven popular. Se estima que cada año ocho millones de toneladas de residuos de plásticos acaban en los océanos y considerando que el plástico tarda más o menos en descomponerse entre 100 y 1000 años dependiendo de sus componentes, gobiernos de todo el mundo comienzan a buscar alternativas más sostenibles.

En México se crea una iniciativa que permite la recuperación de plásticos para su posterior uso en la industria automotriz. Petgas nació en 2018 como una promotora de inversión con la visión de desarrollar un destino final de los plásticos de desechos que provienen de un proceso de refinación del petróleo. La idea nace del Ing. Edgar Padilla. Su trabajo y trayectoria le permitió especializarse en la industria energética.

“Si el plástico viene del petróleo, debe existir una manera que le permita regresar a él”, fue la premisa que permitió a Padilla forjar una empresa con un gran propósito social y ambiental.

La aplicación de la pirólisis al tratamiento de residuos fue la técnica que desarrolló Petgas, aunque no es un proceso nuevo la innovación tecnológica de la empresa se centró en la pirólisis no catalítica; es decir, que permite la transformación del plástico en ausencia de oxígeno. 


“Con frecuencia nos preguntan si quemamos plástico, pero para que exista combustión debe existir oxígeno y en la pirólisis no hay oxígeno”, explica Jesús Manuel Escoto Faces, fundador y director de Vinculación de Petgas. “Entonces, ese plástico se convierte en gas y ese gas se condensa por medios físicos cuánticos y a partir de la longitud de su cadena de carbonos en los diferentes combustibles de manera simultánea”, agrega.

Fotografía: Freepik

En su primer tanque de proceso obtienen parafina. En el segundo, queroseno. En el tercero, diesel; en el cuarto, gasolina. Y finalmente el gas que se genera de toda esta actividad que contiene metano y propano sirve para continuar con el craqueo térmico de hidrocarburos.


En Petgas se capta y procesa los siete tipos de plásticos que existen. “Buscamos ser una solución final para los plásticos principalmente no reciclables, como lo es el PP (polipropileno), PS (poliestireno) o unicel, lo que coloquialmente le llaman basura”, menciona Escoto Faces.

Fotografía: Freepik

La materia prima que utiliza la empresa proviene de hoteles, centros comerciales, fraccionamientos y recicladores. Al recibirlo se tritura y clasifica, este último proceso es indispensable para poder colocar la cantidad exacta de polímeros y obtener un combustible de mejor calidad, el cual tenga un excelente arranque, combustión, color y textura. 

Petgas opera en Cancún- México, República Dominicana, Honduras, El Salvador, Argentina y Emiratos Árabes Unidos.

¿Es el hidrógeno verde la alternativa energética definitiva? 

Por: Universidad Internacional de la Rioja UNIR

La transición hacia el hidrógeno es inevitable y sin duda será una pieza clave del futuro escenario energético a nivel global.

Aunque no lo percibamos de manera explícita, estamos rodeados de elementos y es el hidrógeno el que más abunda en el Universo. Desafortunadamente no lo podemos encontrar en estado puro, sino unido a otros compuestos como, por ejemplo, el agua. El color verde hace referencia al hidrógeno obtenido a partir de técnicas, donde el origen de la energía o la materia prima son renovables; y, por tanto, no se genera CO2 durante su producción.


En general, la mayor parte del hidrógeno verde se produce por electrólisis del agua. Si bien cualquier fuente renovable podría suministrar la energía eléctrica necesaria para este proceso, la clave hoy día está en el aspecto económico. Es por esto que en la actualidad las energías: solar y eólica - por sus costes de operación - son las más empleadas para alimentar estos electrolizadores. No obstante, además de la electrólisis, también se están madurando tecnologías que permiten la producción de hidrógeno a partir de residuos orgánicos, por otras vías. 


Para Pedro Muñoz, doctor en Ingeniería Térmica y especialista en energías renovables de la UNIR, el hidrógeno, en general; y, el de color verde, en particular, tendrán un rol preponderante en la sociedad del futuro. De hecho, su demanda global se triplicó desde 1975 hasta esta fecha y se prevé que la tendencia se mantenga e incluso pueda aumentar ligeramente en los próximos 50 años. Esto debido a que el hidrógeno no sólo se relaciona con las aplicaciones energéticas, sino que su utilización abarca otros sectores como la producción de amoniaco o el refino de productos petrolíferos que a fecha de hoy suponen el 60 y el 25% del consumo global.


Fotografía: Cortesía

Sin embargo, a futuro, el ámbito energético y de movilidad serán los destinos de más del 70% de este hidrógeno y es ahí donde está puesto el foco. Para estos fines, el despegue de electrolizadores, canales de distribución y estaciones de servicio de hidrógeno (hidrogeneras) es fundamental. Este desarrollo de la infraestructura a nivel global está liderado por los países asiáticos, seguidos de la Unión Europea, aunque ya han despegado también en el continente americano. Al margen de Estados Unidos, países como Colombia, Brasil, Argentina o Chile llevan años desarrollando proyectos relacionados con el hidrógeno verde y comienzan a escalar estas iniciativas a nivel industrial y comercial.


Son varias las ventajas que ofrece el hidrógeno verde al medio ambiente. En primer lugar, la generación de hidrógeno verde no conlleva la emisión de ningún gas de efecto invernadero ya que -por su génesis- el único producto resultante es el oxígeno. Los usos del hidrógeno abarcan otras industrias como la química, la fabricación de vidrios o el sector alimentario. El foco está puesto en su utilización como vector energético.

Así, no sólo en su génesis sino en su utilización, el hidrógeno verde presenta ventajas ya que su combustión sólo desprende vapor de agua. Además, gracias a su versatilidad es capaz de sustituir numerosos tipos de combustibles fósiles o combinarse con ellos para minimizar su impacto. Por otra parte, pensando no sólo en términos medioambientales sino también en términos de desarrollo, se debe considerar que la producción de hidrógeno verde disminuye la necesidad de disponer de recursos energéticos externos. Es decir, cualquier región del mundo podría producir sus propios combustibles. “Esto supondría reducir algunas de las fuentes de conflicto internacional y de una mayor independencia y potencial de desarrollo en muchas zonas del planeta”, comenta Muñoz. 


En términos energéticos, el hidrógeno no es una energía renovable sino un portador de energía. De este modo, las diferencias entre el hidrógeno y cualquier otra fuente renovable radican tanto en la capacidad que tenemos de almacenar esta energía como en la variedad de usos que le podemos dar. En otras palabras, cuando pensamos en la energía generada por fuentes como la solar o la eólica, entendemos que sólo se puede generar cuando las condiciones medioambientales lo permiten y que además el producto obtenido es siempre en forma de energía eléctrica. Sin embargo, el hidrógeno es susceptible de ser almacenado y emplearse, en cualquier momento, con independencia de las condiciones exteriores y para la producción calor, de electricidad o de fuerza motriz.

Fotografía: Freepik

Por lo regular, todo tiene su lado bueno y su lado malo, y el hidrógeno verde no es una excepción. Aunque presente grandes ventajas, Muñoz, como experto, destaca elementos a considerar: los procesos que emplea el hidrógeno verde requieren una gran cantidad de agua, energía y desarrollo de nueva infraestructura. Esto no sólo se traduce en un impacto económico, sino también en la necesidad de incrementar la presión medioambiental para la fabricación de estos materiales. 


En términos generales el balance es positivo, pero hay que considerar todas las variables, para analizar en detalle cada propuesta. Por ejemplo, Ecuador es un país con una naturaleza privilegiada capaz de albergar más de las dos terceras partes de la biodiversidad del mundo. En este contexto, la infraestructura necesaria para el desarrollo del hidrógeno y los recursos que se deben disponer, tienen que tener en cuenta esta realidad y adaptarse a ella.

Según Pedro Muñoz, la transición hacia el hidrógeno es inevitable y sin duda será una pieza clave del futuro escenario energético a nivel global. “Sin embargo, existen numerosos retos que requieren de importantes compromisos por parte de toda la sociedad: tanto a nivel político, como en el ámbito tecnológico o desde la perspectiva del consumidor”, dice el experto. 

“Actualmente, en términos tecnológicos, los retos están fundamentalmente relacionados con la disminución de los costes de producción, el aumento del rendimiento de producción, los sistemas de almacenamiento y la distribución del hidrógeno”, agrega. 


Desde el punto de vista del consumidor, la adaptación de los equipos y la creación de un tejido industrial de soporte requieren tanto de inversión económica como de nuevas capacidades y conocimientos, por parte de los usuarios. Esto quiere decir que no basta con tener la capacidad de comercializar el hidrógeno sino que, además, los consumidores deben conocer esta capacidad y adaptarse a ella. Finalmente, se requiere una política con visión a largo plazo.

Fotografía: Freepik

Finalmente, en términos sociales la industria del hidrógeno verde tiene repercusiones positivas, también. Como comentó el gerente general de CELEC EP, las expectativas apuntan a la generación de más de 30 millones de nuevos empleos a nivel mundial, durante las próximas décadas. Esto se debe ligar a las facilidades de desarrollo regional para zonas que en la actualidad tienen un acceso limitado a los combustibles fósiles. Estas zonas podrían mejorar sus capacidades al disponer sus propios sistemas de generación de este combustible en el futuro.

CEES en el 2022

Por: Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable - CEES

Fotografía: Freepik

NET ZERO, LATITUD 0°.

Una Hoja de Ruta Hacia un Latam Net Zero

Fotografía: Net Zero - CEES

Net Zero, Latitud 0, fue el primer evento en Ecuador en poner sobre la mesa principios sobre neutralidad de carbono en edificaciones. En su primera edición, además de contar con reconocidos ponentes nacionales e internacionales, consiguió captar una asistencia importante de 700 personas entre virtuales y presenciales lo que lo posicionó como un evento de alcance regional.

Con el objetivo de promover la neutralidad de carbono en las edificaciones se juntó a actores de la academia, gobiernos locales, sector privado y sociedad civil, en un espacio que reunió a los principales actores de cada sector para construir en conjunto una hoja de ruta hacia una Latinoamérica con emisiones netas de carbono en edificaciones y visibilizar experiencias de éxito en países de la región.

Huella Neutra

Fotografía: Huella Neutra- CEES

Este importante proyecto que se está desarrollando en Guápulo en el Pasaje Eduardo Mena, en conjunto con el Gestor Asociado RAMA Estudio, contempla aumentar la eficiencia energética del barrio, por medio de fuentes renovables y ecológicas con la instalación de paneles solares. El mejoramiento del sistemas de drenaje de agua, para solucionar problemas cotidianos con la gestión del agua lluvia. La implementación de terrazas verdes que permitan a los moradores aprovechar sus recursos en sus edificaciones y adornar sus espacios.


Los moradores del sector han demostrado su entusiasmo y apoyo al proyecto al unirse y participar activamente convencidos de que el impacto positivo será de largo plazo y ayudará a que la convivencia y la calidad de vida de los habitantes sea armoniosa y mejor.

Ecuador Green Building Week 2022

Fotografía: Ecuador Green Building Week- CEES

El CEES organizó por primera vez la Semana de la Construcción Sostenible en Ecuador. Un webinar gratuito de tres días que contó con la participación de instituciones del sector público y privado que ofrecieron conocimientos, visión y reflexiones sobre la importancia de la implementación de estrategias de sostenibilidad en la industria de la construcción a nivel del mundo, las comunidades y la economía a una audiencia de 462 personas por día.

Sostenibilidad en la Construcción: Circularidad, Adaptación y Futuro.

Fotografía: Freepik

El CEES, con el apoyo de la Alianza de Profesionales Ambientales y la Universidad de las Américas (UDLA), presentaron el Curso de Sostenibilidad en la Construcción: Circularidad, Adaptación y Futuro. El objetivo es mostrar la importancia de adoptar un enfoque integral de la sostenibilidad a la hora de pensar en las edificaciones, a fin de potenciar un desarrollo social, ambiental y económico sostenible. 


Fueron cuatro semanas de charlas sobre temas de vanguardia. Cada semana se abordó una temática diferente, por citar algunas: Introducción a la Sostenibilidad, Entorno de la Construcción Sostenible, Gestión Sostenible, Estrategias de Construcción Sostenible. El curso finalizó con visitas a dos casos de estudio en la ciudad de Quito, una con certificación LEED y otra con certificación EDGE. La acogida del curso superó las expectativas, pese a ser virtual, se pudieron certificar 46 personas, que seguro incorporarán lo aprendido a sus actividades profesionales.

El 2022, trajo consigo importantes alianzas que promoverán un año venidero lleno de metas cumplidas de la sostenibilidad en el entorno construido. El CEES y el MIDUVI, en medio del marco de la Semana de la Sostenibilidad, firmaron un convenio, dentro del cual uno de los principales objetivos es impulsar la Certificación Nacional en conjunto y con el apoyo del gobierno local.


Avanzando a la sostenibilidad, fue un webinar internacional y de alta importancia, entre el Consejo de Construcción de El Salvador, el Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable y los CEOs de Holcim Regional y Plastigama Regional, donde estos últimos mostraron sus experiencias avanzando con procesos de Sostenibilidad en sus organizaciones a nivel regional.

LaVerde

del comercio de chochos a la conservación ecológica

Por: Redacción ELEMENTS

Esta empresa ecuatoriana propone una fórmula de conservación 70/30, para mantener virgen un 70% del bosque y destinar el 30% restante a la actividad humana.

Fotografía: lacronicadesalamanca.com

Desde 2019 LaVerde impulsa el proyecto Plan Integración de la cadena de valor del chocho, para el desarrollo del cultivo en Pichincha. Apoyados por los agricultores de la provincia, actualmente trabajan con 12 asociaciones de Mejía y Cayambe, apoyando al desarrollo de más de 300 agricultores.

Fotografía: La Verde

LaVerde nació en Puembo, en el noroccidente de Pichincha, con el chocho como producto principal. Su fundador, Mario LaVerde se dio cuenta que, pese a la popularidad del grano en la tradición gastronómica ecuatoriana, era también uno de los productos más maltratados del mercado.  


Su visión empató con sus proyectos. Tras doce años en Puembo, Mario mudó su empresa a Machachi, muy cerca de una vertiente de agua que provenía del volcán Corazón, y con ella remojaba los chochos de su comercio hasta quitarles el amargo.


El resto fue trabajo duro y crecimiento. Actualmente, la empresa cuenta con cinco líneas de producción. En sus catálogos ofrecen chochos, como en un inicio, pero también cuentan con salsas, snacks, harinas, suplementos nutricionales, maíz tostado y chulpi que se encuentran fácilmente en las perchas de los supermercados. En un total suman 16 productos que distribuyen en todas las cadenas de autoservicios del país.

Sostenibilidad en la Construcción: Circularidad, Adaptación y Futuro.

Más allá de los granos leguminosos, LaVerde impulsa varias iniciativas para reducir su propio impacto como empresa en el ambiente. Comienza por el procesamiento del agua que toman para remojar sus productos y quitarles el amargo, así puede devolverla sin riesgo a la naturaleza. 


Pero eso es apenas un pequeño detalle de su responsabilidad ecológica. “Procuramos encontrar soluciones de forma creativa, que generen beneficios ecológicos y de conservación ambiental en las comunidades donde operamos y tengan un impacto benéfico en general”, cita su portal en el apartado que explica un ambicioso proyecto de conservación: la Granja LaVerde.

LaVerde Organic Farm & Ecolodge, se llama, y consiste en una granja modelo en donde se desarrollan actividades de producción agropecuaria, de forma biológica e integral, reforestación, agroturismo y ecoturismo. La estrategia de la empresa responde a un modelo 70/30. Es decir, procura mantener un 70% de bosque virgen y un 30% de actividad humana altamente efectiva. 

La iniciativa Granja LaVerde se mantiene con base en tres pilares: reforestación, agroturismo y venta de productos endémicos del El Napo. 


Para sostener el primer pilar trabajan con una decena de socios de Aprobot (Asociación de Productores Biológicos y Turísticos del Oriente) para promover un sistema de producción que respeta y cuida la vida y el bosque, y apoya la reforestación en lugares en donde las actividades humanas han reducido la cobertura vegetal.


El segundo pilar se levanta en la promoción de turismo comunitario y amigable con el medio ambiente. Ofrecer espacios de ocio, relajación y descubrimiento del entorno, en conexión con la naturaleza, apuntando siempre a generar conciencia sobre la protección del ambiente, la ecológica y una propuesta de vinculación en favor de la conservación.

Finalmente, el tercer pilar impulsa la venta de productos endémicos del Oriente, sin discriminación: productos naturales como el café y la panela; agroindustriales lácteos y conservas; artesanías útiles sin deforestación, productos agrícolas y pecuarios, plantas y animales vivos para el establecimiento de nuevas granjas.

Fotografía: La Verde

Sostenibilidad y Competitividad

Por: M.Sc. Marieloz Bonilla y M.Sc. Sylvia Sáurez, Seven7.

Es inevitable que Ejecutivos, directivos o accionistas inevitablemente llegan en algún momento de la vida de la compañía a la disyuntiva de elegir si trabajan con modelos de sostenibilidad y certificaciones de carbono neutralidad, y si de verdad este modelo añadirá competitividad a la empresa. Con el aumento de evidencias de que los modelos sostenibles generan retornos financieros a largo plazo, es casi indiscutible que para la alta dirección de las empresas del mundo y para los grandes fondos de inversión internacionales, la sostenibilidad ha dejado de ser un departamento o un área especializada dentro de las organizaciones; y, por el contrario, las consideraciones de sostenibilidad son cada vez más incorporadas en las estrategias e inversiones de las empresas.

Una ventaja competitiva sostenible es la que logra mantenerse en un período prolongado tanto tiempo como para considerase fuerte y establecida. Diferente es la sostenibilidad como ventaja competitiva, definida por un proceso o modelo que abarca los pilares, social, medioambiental y económico. Con esto nos referimos a que la generación de valor económico, social y ambiental se puede ver como una estrategia de posicionamiento que además contribuye a la reducción de costos, a pesar de que en algunos sectores sea todavía percibida como una presión muy grande sobre el flujo de caja o la rentabilidad general de la empresa.

Fotografía: Freepik

Lloret (2011) Plantea: “El problema parece ser que la implementación de una estrategia de sustentabilidad podría generar costos mayores que los costos de operar sin un sentido de sustentabilidad, afectando así a la generación de valor”. En resumen, si existe una visión sostenible del negocio permite que la empresa vea hacia el futuro y garantice su permanencia.

Si bien es cierto que en muchas ocasiones las bondades de la sostenibilidad son difíciles de cuantificar y de insertar en las estrategias de negocio, esto se vuelve un reto particularmente importante en un mundo acostumbrado a hablar en términos de ROI y rendimientos financieros, los académicos y otros entes han trabajado en la medición de los rendimientos que tiene una empresa al ser sostenible.

Según un estudio de Gallup: ¨Engaged Employees Inspire Company Innovation Washington D.C., Gallup Management Journal, 2016¨, se identificó que existe una correlación positiva entre el compromiso con la sostenibilidad y mejores rendimientos financieros en una empresa con un compromiso real con la sostenibilidad en comparación con compañías que no tienen una política ambiental. 

 

Con el ejemplo anterior se define que la adopción de prácticas y políticas sostenibles sí tiene impactos positivos en la rentabilidad de las organizaciones en el largo plazo, siempre y cuando se hagan de manera adecuada y respondiendo a los verdaderos impactos y riesgos de la operación empresarial.

En un mundo cambiante y globalizado, se habla mucho de cómo innovar en las empresas para estar a la vanguardia del mercado, y ahí se da un highlight importante: innovar no es una moda, sino una necesidad para mantener la sostenibilidad como negocio y seguir siendo competitivos en el mercado.

 

Vale destacar que la tecnología no es el único elemento innovador. Existe la innovación incremental que se refiere a la modificación del producto en sus etapas tempranas de comercialización y la innovación disruptiva que es la modificación total de un producto en etapas ya maduras de comercialización. En todos los casos ayudará a satisfacer al cliente y como resultado va a aumentar la rentabilidad de las empresas. 

 

El secreto puede estar en darle participación a todos y cada uno de los empleados en temas de innovación, nunca cuestionar ideas, premiar las ideas implementadas, patentar las innovaciones disruptivas, promover la creatividad y por supuesto destinar un presupuesto considerable para obtener beneficios sustanciales a partir de la innovación. 

Fotografía: Freepik

Otra consideración es que innovar no es sólo emprender un negocio, también se puede innovar dentro de la empresa ya establecida y desarrollar nuevos productos de acuerdo a la línea de producción de los que ya existen considerando a los empleados (aquí estamos aplicando también sostenibilidad social).

Resumiendo, las políticas de sostenibilidad son el principal músculo que puede producir un cambio en la sociedad, debido a que son las empresas las que tienen los recursos, las tecnologías y la influencia política y económica para generar cambios pronunciados. Si la empresa lo considera y trabaja como una ventaja competitiva habrá, además, un aumento en la productividad de la compañía en el mediano plazo. Es decir, una situación ganar-ganar entre la empresa, la sociedad y el planeta.

BAPU recicla miles de toneladas

de baterías de plomo

en Ecuador

Por: Redacción ELEMENTS

Las empresas que conforman esta corporación reciclaron 17.000 toneladas de baterías de plomo en 2022. empresa, la sociedad y el planeta.

Fotografía: Freepik

El uso de baterías de ácido plomo es común en todo tipo de vehículo convencional y deja residuos no biodegradables. Si se arrojan a la basura como cualquier otro desecho y no son recicladas, pueden contaminar el ambiente. 

 

En Ecuador se fabrican unos 1,2 millones de baterías de ácido plomo. Sus residuos podrían tener un impacto negativo sino son tratados, llegando incluso a intoxicar seres humanos y animales. De hecho, la intoxicación por plomo afecta a uno de cada tres niños en el mundo, según estadísticas de BAPU (Baterías Ácido Plomo Usadas).

 

BAPU es una corporación sin fines de lucro que gestiona la logística para la recolección y reciclaje de las baterías usadas en Ecuador, evitando que su mala disposición afecte el ambiente y la salud de las personas. Están respaldados por el Ministerio del Ambiente, mediante Acuerdo Ministerial 034, vigente desde 2021.

“Este acuerdo exige que se garantice la gestión de las baterías de ácido plomo bajo el marco de responsabilidad extendida del productor. Por esto, las empresas productoras decidieron conformar este sistema”, explica Ghislaine Lino, coordinadora general de BAPU.

 

El reciclaje de baterías de ácido plomo inicia con el consumidor final, que entrega la batería usada a los establecimientos. Luego son transportadas a la planta de aprovechamiento para recuperar componentes como plomo, polipropileno y electrolito.

“Las baterías recolectadas ingresan a un sistema de molienda en donde se separan los materiales de plástico, pasta, metálico y electrolito, que luego es bombeado al tratamiento de aguas industriales”, detalla Lino. “El electrolito -explica- pasa a un silo de decantación para separar la pasta de plomo”.

La solución electrolítica es neutralizada con hidróxido de calcio para ser enviada a un gestor de aguas residuales industriales. Después, el polipropileno -resultado de la trituración de baterías- entra a una línea de fabricación de pellets. La pasta de plomo y metales, mediante una fundición secundaria, se convierte en plomo bruto. “Y se genera escoria, una sustancia que se debe entregar a confinamiento como residuo peligroso”, indica Lino.

 

Las empresas que conforman la corporación BAPU reciclaron unas 17.000 toneladas de baterías de plomo en 2022. Un 70% de las baterías se gestionaron en Guayaquil y el 30% restante en Quito, según cifras del grupo.

Desde el 1 agosto del 2022, las empresas que integran la corporación cobran un aporte de USD 0,15 centavos para baterías de moto y USD 0,25 centavos para baterías automotrices. Con lo recaudado se financia campañas de sensibilización y difusión del manejo adecuado de las baterías, además del desarrollo de la herramienta web para conectar a los actores de la cadena de valor.