Metodología TINI

para la participación y liderazgo en el

contexto climático

Por: Mónica Reinoso, fundadora y directora de Fundación MIWA

Una práctica para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible 2030

Fotografía: Freepik

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La Metodología TINI (Tierra de niñas, niños y jóvenes) es un programa de educación ambiental emprendido desde 2017 por el Ministerio de Educación del Ecuador y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Su objetivo principal es desplegar en los niños y jóvenes conocimientos, habilidades y valores que les permitan tener conciencia del mundo y sus dificultades ambientales.


Por este motivo, TINI puede ser utilizada como recurso pedagógico transversal para enfocar la conciencia y la educación ambiental en todas las áreas curriculares, crear un ambiente motivador y reforzar los procesos de interacción entre los estudiantes, docentes y padres de familia.

La educación es una puerta que permite afianzar una cultura proactiva, comprometida con el cuidado de la naturaleza. Quienes han llevado a cabo la metodología TINI aseguran que es un éxito total porque los estudiantes se interesan por aprender de una forma distinta, en donde aplican sus conocimientos con el entorno; en sí, es un ente positivo para fortalecer y lograr los objetivos.


Por medio de la implementación de la metodología TINI en los establecimientos educativos del país, se busca que las niñas, niños y adolescentes sean personas responsables, afectivas, emprendedores, tengan iniciativa, sepan cuidar y amar a la naturaleza, permitiendo así el desarrollo de una buena base para la sostenibilidad.

En 2012, la metodología TINI fue reconocida por la Unesco como una buena práctica para la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS). Un año más tarde, el Ministerio de Ambiente de Perú hizo lo propio, e institucionalizó la metodología. 


Dentro del espacio TINI, las acciones que se realicen deben estar enfocadas en el beneficio de los niños y sus familias, sus comunidades; y, por supuesto, la propia naturaleza. El objetivo de la metodología TINI es poner en contacto regular a las niñas y niños con la naturaleza desde un enfoque afectivo y lúdico. 


Se puede implementar la metodología TINI independientemente de la situación socioeconómica o cultural, en un sector rural o urbano, en instituciones educativas, hogares o comunidades. TINI ha sido implementada en más de 10 países, y puede desarrollarse tanto en pequeñas superficies desde medio metro cuadrado como en grandes áreas (montañas, selvas, valles, etc.). 


En el año 2022 se creó la Fundación MIWA Educación y Conciencia Ambiental, una organización ecuatoriana sin fines de lucro, de impacto social y ambiental, para impulsar iniciativas que promuevan el derecho del ser humano a crecer y vivir en armonía con la naturaleza. MIWA y la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA) mantienen una alianza para la implementación y promoción de la metodología TINI en Ecuador, con la finalidad de que los infantes aprendan competencias, habilidades y valores a favor de la naturaleza.

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La Universidad y el aporte a la

sostenibilidad

desde la vinculación

Por: Marco Lalama, MBA. Profesor titular y coordinador de la modalidad dual de la Carrera de Administración de Empresas de la UDLA

El aporte a la sostenibilidad desde la vinculación en el Ecuador no es un asunto consolidado ni terminado.

El 23 de noviembre de 2022, en Sao Paulo (Brasil), tuvo lugar el 8° Simposio Internacional de la Red de Universidades Duales de América Latina - DHLA. El evento se tituló “La sostenibilidad, un compromiso de la academia y la empresa”. Durante el evento, 13 universidades de México, Colombia, Ecuador y Brasil, en conjunto con algunas empresas brasileñas, abordaron el tema desde sus prácticas de responsabilidad social y vinculación. En representación del Ecuador participaron las universidades de Cuenca, Católica Santiago de Guayaquil y de las Américas, que son miembros de esta organización (Red DHLA, 2022). 

Las universidades que intervinieron en el simposio mostraron sus programas y proyectos. Algunos impresionantes y de una profundidad admirable; otros, muy bien concebidos y enfocados en propósitos concretos y específicos.

En todos los casos se evidenció una clara conciencia de la importancia de la sostenibilidad dentro de las agendas universitarias. 

Las presentaciones mostraron iniciativas trazadas a partir de las teorías y modelos más avanzados de responsabilidad social y en casi todas las declaraciones de misión, visión y filosofía de las universidades, la ética y la responsabilidad social, constan explícitamente. Adicionalmente, el cambio climático fue asunto de actualidad y varias universidades mostraron las medidas -muy interesantes- de contención y mitigación de impacto ambiental que han implementado. Los ODS fueron motivo de mención constante, y se contó con la intervención y participación de una alta funcionaria del Global Reporting Initiative (GRI) para Latinoamérica que mostró el protagonismo que está tomando esta metodología de reportería a escala mundial. 

Fotografía: Cortesía

Por otro lado, en una publicación reciente, el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior hace un balance profundo sobre la universidad y el estado de la vinculación. En esta obra se recopilan los hallazgos del III Foro Internacional "Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior: Vinculación con la Sociedad". A lo largo de este documento se recogen reflexiones profundas y valiosas acerca de la vinculación con la sociedad y la sostenibilidad se aborda como un tema de relevancia (CACES, 2020). 

Con estos antecedentes, queda claro que la sostenibilidad se ha incorporado como un tema transversal y de especial relevancia dentro de las acciones de vinculación con la sociedad que llevan a cabo las universidades en el Ecuador y en el extranjero. Sin duda se evidencian avances importantes que dan cuenta de un trabajo científico y planificado de los involucrados en sostenibilidad y vinculación universitaria ecuatoriana (CACES, 2018).

Sin embargo, el aporte a la sostenibilidad desde la vinculación en el Ecuador no es un asunto consolidado ni terminado. Quedan desafíos inmediatos que se deben resolver para que la sostenibilidad termine de ser parámetro de curso y punto de referencia en la gestión universitaria. 

En primer lugar, investigaciones internas no publicadas de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de las Américas muestran que, en muchos casos, especialmente en Pymes, sectores significativos de empleadores no tienen presente ni valoran la incidencia de la sostenibilidad. Es decir, cuando se pide su criterio de manera abierta, los funcionarios y colaboradores de muchas empresas que reciben estudiantes mencionan otras prioridades en cuanto a contenidos y habilidades para la formación universitaria.

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Adicionalmente, cada universidad debe preguntarse si la sostenibilidad se ha trasladado desde la misión impresa en el papel hacia su cultura organizacional. Es decir, queda por evaluar si la sostenibilidad ha pasado de enunciado y parámetro para proyectos de responsabilidad social a ser código de conducta de todos quienes conforman la institución. Más aún, las universidades se enfrentan al enorme desafío de crear programas de vinculación y sostenibilidad que sean ágiles, efectivos y que al mismo tiempo estén articulados con las leyes y el entorno cambiante e inestable de nuestro país.

En conclusión, la universidad ecuatoriana ha generado aportes dignos de encomio a la sostenibilidad desde la vinculación con la sociedad. Sin embargo, el camino recorrido debe terminar su curso, y para esto quedan desafíos concretos que requieren de acciones específicas para su resolución. Con estas acciones, la sostenibilidad se consolidará como referente obligatorio dentro del accionar de la vinculación universitaria y así se cumplirá su función sustantiva para el bienestar de las generaciones del futuro.