Turismo Sostenible

¿Una alternativa para la reactivación?

Por: Walter Ocaña Zambrano,

especialista en gestión turística

 

Las comunidades rurales ven en el turismo ecológico una alternativa para diversificar sus ingresos.

Han pasado 27 años de la promulgación de la “Carta de Turismo Sostenible” (1995), en la que se plantearon los principios para el desarrollo del Turismo Sostenible. Una modalidad de turismo consciente del las repercusiones actuales y futuras, en la economía, la sociedad y el ambiente. 

El impacto de las actividades turísticas es notorio. En 2016 se estimó una emisión de 4.650 millones de toneladas de CO2 generadas por transporte de pasajeros en todo el mundo, siendo el automóvil y avión los principales generadores. A su vez, la Organización Mundial del Turismo (OMT) estima que al 2030 las emisiones se dupliquen, llegando a los 8.772 millones de toneladas de CO2.

El turismo también abre una puerta a la generación de desechos y esto es un problema. En Galápagos, por ejemplo, la población fue 25.244 personas en 2015 y en ese mismo año arribaron al Parque Nacional un total de 274.745 visitantes. Es decir, la población local fue equivalente a un 9% en relación al número de visitantes a las islas. 

Por tratarse de un archipiélago, la gestión de desechos es compleja: los barcos abastecedores de productos salen desde el puerto de Guayaquil llevando suministros dos veces por semana y a su retorno llevan toneladas de desechos generados por las actividades turísticas, tanto en las islas como en los barcos comerciales y cruceros. Lamentablemente, la gestión de desechos es limitada en cada una de las islas pobladas.

Si bien estos son solo dos de los principales impactos a escala global, el turismo también atrae grandes beneficios. De las 21.629 empresas turísticas que existen en Ecuador, 99% son medianas y pequeñas empresas; y, en su mayoría, son empresas familiares que generan 117.211 plazas de trabajo, con una participación del 46% de mujeres, según datos del Ministerio de Turismo. 

Gracias al turismo las comunidades rurales pueden diversificar sus ingresos y hallar una alternativa económica para mejorar su calidad de vida. Cuarenta centros de turismo comunitario están registrados en todo el país y existen al menos 280 iniciativas turísticas en comunidades como Añangu, Yunguilla, Agua Blanca, Saraguro, Sisid Anejo, Sinchi Warmi, entre otras.

El objetivo principal de los espacios protegidos es la conservación de sus ecosistemas y sus componentes bio-socio ecológicos. Estos espacios se han podido mantener con los recursos generados por las actividades turísticas; que, con a la prestación de facilidades, servicios y actividades turísticas acordes, se convierten en una de las principales motivaciones de viaje de millones de personas. 

En el 2019 se registró más de dos millones de visitantes al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador (SNAP). En las áreas protegidas administradas por el Ministerio del Ambiente el ingreso es gratuito y las zonas privadas se han utilizado proyectos de ecoturismo, cuyos ingresos son destinados principalmente a su mantenimiento.

Yunguilla

una joya en medio del

bosque nuboso

Por: Liliana Tapia. Periodista ELEMENTS. 

Yunguilla existe desde hace 800 años. Se encuentra al noroccidente de Pichincha, en la parroquia de Calacalí, a una altura de 2.650 metros sobre el nivel del mar y fue lugar de paso para que nuestros ancestros los yumbos, intercambiaran productos entre la costa y sierra del Ecuador. Colinda con la Reserva Geobotánica Pululahua y la Reserva Maquipucuna. Allí viven unas 200 personas con una historia de arduo trabajo y compromiso con la naturaleza. 

Yunguilla es el resultado de la reforma agraria, cuando las tierras se repartieron para realizar diversas actividades económicas entre los comuneros. En ese entonces, la actividad más común y rentable de la zona era la tala de árboles y cada año las familias cortaban hasta dos hectáreas de bosque.

Pero en 1995, un proyecto de turismo comunitario comenzó a tomar forma. Era una alternativa para generar ingresos. Pocos se dieron cuenta de lo enriquecedor que sería este proceso y ningún joven fue parte del proyecto. 

“Fueron 18 familias quienes lideraron el proceso. No todos lo compartían, diversas organizaciones apoyaron para que se vuelva realidad”, aseguró Germán Collaguazo, coordinador general de Proyectos de la Corporación Yunguilla. “Al inicio se impulsó un proyecto agroforestal y de manejo de recursos naturales auspiciado por el Gobierno suizo y la Fundación Maquipucuna. Se impartieron capacitaciones para aprender a cuidar y usar de forma diferente nuestros recursos”. 

“En 1996 llegó el grupo de mujeres de la comunidad para fabricar las primeras mermeladas. En 1997, se potenció el ecoturismo con un grupo de jóvenes y Yunguilla se convirtió en uno de los destinos turísticos más apetecidos por su organización, gastronomía, rutas y más”, agregó Collaguazo.



“El ecoturismo y la comunidad transformó mi vida”

Germán Collaguazo, Coordinador General de Proyectos de la Corporación Yunguilla.